¿Qué es la computación en la nube?
El Cloud Computing, , la computación en la nube, o simplemente la nube, es un término que abarca muchos matices y que supone bastantes beneficios. Siendo hoy en día casi impensable para las organizaciones no incluirla en su estrategia tecnológica, o para los usuarios finales disfrutar de los diferentes servicios en la nube que hoy consumimos.
La nube es un conjunto de tecnologías que permiten la disposición de recursos y servicios informáticos de una manera sencilla, escalable y muy automatizada. Estas características redundan en una reducción de costes, externalización de actividades de IT, y una disminución de las barreras para la digitalización. Dicho en otras palabras, el cloud, permite que las empresas y lo usuarios puedan acceder a recursos tecnológicos (almacenamiento, capacidad de cálculo, software…) en modalidad de servicio, sin necesidad de instalaciones complejas, y con la capacidad de ampliar o disminuir volumen de recursos necesarios.
Algunos ejemplos de servicios de cloud computing son:
- A nivel empresarial : recursos de computación para desplegar aplicaciones serverless; almacenamiento en la nube como CosmoDB; herramientas de procesamiento de datos como Databricks; o herramientas empresariales para planificación de tareas, ERP, CRM; Office 365
- A nivel de usuario final: almacenamiento en la nube como Google, Drive DropBox, o One Drive; servicios multimedia on demand como Netflix, Sptofy, Amazon Prime Video, o Movistar Lite; Redes Sociales como Facebook, Instagram, Twitter…
¿Qué tipos de servicios nos ofrece el cloud computing?
La primera clasificación que podemos realizar es a través de la capa tecnológica sobre la cual vamos a contratar el servicio, diferenciando así entre Software como Servicio (SaaS), Plataforma como Servicio (PaaS), o la Infraestructura como Servicio (IaaS).
IaaS
Esta modalidad supone que al usuario contrata el acceso a una infraestructura a modo de servicio olvidándose de la gestión física de los componentes. Por lo tanto se pone a su disposición capacidad de cálculo, espacio de almacenamiento, enrutadores de la carga de trabajo, servicio de red… sobre los cuales desplegará la arquitectura tecnológica que desee.
PaaS
La plataforma como servicio dota al usuario de todas las herramientas necesarias para dar soporte al ciclo de vida de desarrollo y puesta en operación de aplicaciones web. Estos ambientes de desarrollo se caracterizan entre otras cosas que incluyen los componentes que dotan al sistema de horizontalidad como autenticación, persistencia de datos o mensajería.
SaaS
El software como servicio es la última capa y es donde el usuario interactúa con una aplicación final que realiza diferentes casos de negocio. Es decir en el SaaS, son los usuarios finales los que interactúan con una aplicación completa construida sobre una infraestructura elástica y bajo un modelo de multitenencia. Esto supone que tengamos una única instancia de la aplicación que sirven a diferentes organizaciones. El SaaS está pensado para usuarios sin conocimiento técnico que pueden acceder simplemente a través de un navegador web para realizar aquellas tareas habilitadas para su rol.
La segunda clasificación es en función al modo en que es implementada la nube, distinguiendo entre modelos públicos, privados, e híbridos.
Cloud pública
La nube pública es aquella gestionada y mantenida por un tercero. La organización cliente, contrata los servicios de un proveedor de cloud computing a través de un modelo de suscripción. Distintos clientes comparten recursos de la infraestructura propietaria del proveedor (Microsoft, Amazon, IBM…) teniendo acceso exclusivamente a sus datos y servicios, sin conocer los datos de usuarios externos a su organización.
Cloud privada
Para aquellas organizaciones que requieran un nivel de protección mayor al proporcionado por la nube pública, tienen la opción del uso de la nube privada. Esta modalidad suponen que la infraestructura no hay multitenencia, sólo se despliegan los recursos de una única organización.
Cloud híbrida
La nube híbrida supone un enfoque mixto donde los servicios consumen recursos que proceden de una nube privada, pero también hay servicios que utilizan recursos de una nube pública. De esta forma las organizaciones deciden que la información de carácter más crítico resida en recursos sobre los cuales se tenga un control total, mientras que los servicios que estén fuera de este alcance se pueden contratar a un proveedor de cloud externo.
Multi cloud o multinube
El modelo de multinube supone que desplegamos los servicios en diferentes proveedores de nubes públicas y/o en varias nubes privadas. La multinube busca diversificar los riesgos, y ante una caída de servicios poder redirigir a otra nube, o reducir la dependencia ante un proveedor, o buscar optimizar los costes. En contra partida aumenta la complejidad de gestión, así como el control de la seguridad.
¿Cuáles son los beneficios de la computación en la nube?
Entre las principales ventajas que podemos destacar en la utilización de la nube nos encontramos:
Ahorro en costes
Uno de los grandes atractivos del cloud computing es el ahorro en costes que se produce frente a modelos no cloud. La utilización de la nube pública permite olvidarnos de fuentes inversiones en infraestructuras para dar o usar un servicio. Simplemente tendremos que abonar el gasto mensual de los recursos que consumamos, el cual podrá incrementar o reducirse en función de nuestras necesidades.
Por otro lado los centros de procesamiento de datos de los proveedores llegan a un nivel de eficiencia energética y optimización operativa, superior al que podría obtener una empresa por si sola.
Democratización de la tecnología
El hecho de poder externalizar la gestión de la infraestructura permite que un mayor número de empresas puedan acceder a tecnología que antes era prácticamente una quimera. En ese sentido el modelo de SaaS permite que soluciones como ERP, CRM, ECM… y cualquier tipo de herramienta empresarial pueda ser accesible a empresas PYME o con un presupuesto moderado en tecnología. A este hecho, hay que añadirle que la empresa no tienen que incorporar perfiles para realizar tareas que no pertenecen al core del negocio.
La elasticidad de la nube
Si un adjetivo caracteriza la tecnología sobre la que se construye la nube, sin duda es la elasticidad. Esta característica nos permite escalar los servicios digitales para hacer frente a la demanda que pueden tener miles o millones de usuarios, o por el contrario aumentar nuestra capacidad de computación para hacer frente a una operación puntual como puede ser un proceso de transformación de Big Data, o el entrenamiento de un algoritmo de inteligencia artificial.
Simplificación de las tareas del equipo de IT
El hecho de que se traten de servicios accesible en Red, en la mayoría de los casos no es necesario realizar la instalación de ninguna herramienta en los equipos de los usuarios finales. Por otro lado la utilización de scripts, automatismos, metodologías y herramientas DevOps, permite que las labores de mantenimiento, gestión, despliegue… sean mucho más eficientes.
Principales desventajas de la computación en la nube
Dependencia del proveedor
En el caso de un modelo de nube pública el hecho de tener nuestras aplicaciones y servicios en la infraestructura de un proveedor puede generar una dependencia y falta de autonomía por parte de las empresa que contratan los servicios. Para hacer frente a este hecho podemos optar por modelos multinube o híbridos, y como es lógico, contar con perfiles que sean capaces de gestionar nuestro arquitectura tecnológica y llevar un proyecto de migración.
Por otro lado, al contratar debemos asegurarnos que los proveedores cuenten con la solvencia técnica y económica para conseguir la escalabilidad de sus servicios y hacer frente a la demanda de sus clientes.
La necesidad de conectividad
Acceder a herramientas que están en una infraestructura externa nos obliga contar con la conectividad adecuada a Internet para hacer frente al consumo de recursos por los usuarios, así como intentar evitar lo máximo posible la latencia.
La seguridad de la información
Posiblemente el aspecto más controvertido del cloud es la protección de la confidencialidad de los datos y la seguridad de los mismos. Por lo tanto las arquitecturas de la nube deben tener los mecanismos suficiente para evitar la fuga de información, evitar la usurpación de identidad de los usuarios, hacer frente a los ciberataques, o asegurar el cumplimiento de la legislación relativa a la protección de datos.